
Julio 2022 cerró con la noticia de Massa como nuevo superministro para tratar de enderezar la economía y salvar políticamente al gobierno kirchnerista. Con un dólar oficial mayorista a 131 pesos, un CCL a 288 y un Blue a 296 (luego de haber tocado un pico de 350), los desafíos son enormes. Para ayudar a entender el diagnóstico de cómo se llegó a esta situación y cual puede llegar a ser el futuro, compartimos aquí 3 excelentes artículos que en gran medida están alineados con cómo vemos también nosotros la realidad actual.
Se robaron todas las cajas: no hay más remedio que formalizar la dolarización (por Ariel Coremberg). La Argentina productiva hoy afronta el saqueo de un Estado insolvente, ocurre cada vez que se está al borde del default. La explicación es simple siguiendo a Mancur Olson. Argentina no tuvo una revolución francesa, sino que triunfó el Rey Sol. No hay rendición de cuentas, ni chequeo y balance. No se aplican los procedimientos estándar porque el poder esta superconcentrado en el líder del movimiento nacional que intermedia entre los bloques corporativos por fuera de los poderes constituidos de la Constitución Nacional. No hay límite al poder y por lo tanto se maximiza el saqueo y la predación de los fondos públicos por los funcionarios para atender sus necesidades políticas y cumplir con los lobbys corporativos con llegada a la oficina presidencial, distribuyendo los costos de sus prebendas a toda la sociedad mediante impuesto inflacionario.
La PerestroiKa argentina del 2023 (por Ramiro Castiñera). Argentina profundizó el cambio del modelo económico. Se cierra al mundo, se aumenta el poder del Estado y se busca controlar todo un país desde un escritorio. La lapicera lo llamamos ahora. Se refuerza el control de precios, el control cambiario, el control de capitales, el control del comercio exterior y el corporativismo estatal, con el único objetivo de transformar a las empresas privadas en meras subsecretarias del Estado y a todo ciudadano en militante. El actual gobierno opera como custodia oficial del modelo económico, defendiendo los derechos de casta cosechados en 75 años. Ya no genera expectativas para el año y medio que falta. Pero eso es sólo la mitad del problema. La otra mitad del problema es que el pozo que se cavó estos últimos 20 años es tan grande que la pregunta ahora es si los argentinos tienen voluntad y destreza suficiente para construir una escalera y salir de ahí.
¿Cuál es el diagnóstico de la crisis económica que guiará el accionar de Massa? (por Domingo Cavallo). La Vicepresidente ha sido muy clara respecto de su diagnóstico sobre la crisis económica. Es enteramente consistente con la ¨economía a contramano¨ que ella ha aprendido de las lecciones de Axel Kicillof, muy bien descriptas en el libro del periodista Alfredo Zaiat. lla cree que el déficit fiscal y el nivel del gasto público no son un problema y que la emisión monetaria no es causa de inflación. Ve al endeudamiento público como el resultado de maniobras especulativas y no lo relaciona con el déficit fiscal. También cree que el crecimiento se logra por aumento de la demanda interna de bienes de consumo y que el aliento a las exportaciones, lejos de ayudar al crecimiento, lo frena. Adhiere sin reparos a la estrategia de crecimiento por sustitución de importaciones. También cree que el Estado tiene que intervenir en las empresas, estatizándolas o regulándolas caso por caso, porque cree que de esa forma se podrá asegurar que contribuyan al crecimiento y a una buena distribución de los ingresos.
¿Será capaz la Vicepresidenta de resignar su postura contra el ajuste fiscal, la restricción monetaria y el afán intervencionista sobre empresas y mercados con el que llenó de palos en la rueda a los intentos de Alberto Fernández y sus colaboradores, de introducir cierta racionalidad en el diseño de la política económica? Es de esperar que Massa haya discutido esta cuestión con Cristina antes de asumir la responsabilidad como Ministro de Economía. Si no es así, es muy difícil que pueda evitar un muy peligroso fracaso.