
Por Pablo Presas
El turismo de la costa entrerriana del Río Uruguay se ha ido desarrollando a través de ciertos ejes o “tipos de turismo” que fueron solapándose y agregando un flujo cada vez mayor de visitantes. Así, en un principio, este flujo de turistas tenía como destino principal las playas naturales sobre el Río Uruguay, luego se agregó el vector del turismo de Carnaval, y el sector de turismo Termal que dio un renovado impulso en su momento, pero también hay que considerar las contribuciones que han tenido los ejes de turismo Histórico y de turismo Deportivo.
Una buena estrategia turística parte de reconocer e identificar estos ejes vectores por los que llegan los turistas y resaltar las virtudes de cada uno de dichos tipos de turismo, tarea que se ha venido realizando satisfactoriamente en la provincia con sus acciones de promoción y apoyo a los distintos sectores turísticos.
Pero también es importante reconocer, a los efectos del diseño de las políticas públicas del sector, que cada uno de dichos ejes o tipos de turismo tiene un flujo de personas que comienza incipientemente, en su fase de nacimiento, con algunos turistas que se animan a probar lo nuevo, luego tiene una fase de explosión, generada por la repercusión y el boca a boca de cada vez más visitantes, para terminar en un amesetamiento o crecimiento lento, cuando ya se ha alcanzado un nivel de saturación donde los incrementos son marginales. Este ciclo se ha dado en el turismo de playas primero, se ha dado en el turismo termal, donde la cantidad de visitantes anuales se ha estabilizado, y se ha dado en el turismo de carnaval, donde también las entradas a los corsos de todas las ciudades del corredor, incluido Gualeguaychú, se han estabilizado, y en algunas ciudades incluso también han disminuido.
La forma de sortear estos cuellos de botella o períodos de bajo crecimiento, donde a pesar de las acciones de promoción se siente que se ha llegado a un nivel donde ya es difícil continuar la expansión, es principalmente a través de 3 grandes estrategias.
En primer lugar, a través de grandes inversiones de infraestructura que beneficien a todos los sectores turísticos, como fue la autovía sobre la ruta 14.
En segundo lugar, a través de inversiones sectoriales (públicas o privadas) que hagan explotar los distintos ejes turísticos , como fue el Corsódromo de Gualeguaychú en su momento para el turismo de carnaval o como han sido las inversiones en distintos complejos para el turismo termal, o los recientes autódromos de Concordia y Concepción del Uruguay en lo que se refiere al turismo deportivo de carreras automovilísticas.
Y en tercer lugar, a través del “descubrimiento” o desarrollo de otros ejes vectoriales que posibiliten el nacimiento y posterior explosión de otros sectores turísticos, lo que permitirá que se atraigan visitantes diferentes, a la vez que se hace más atractiva la provincia para los que ya la visitan.
Es en el marco de esta estrategia que se propone desarrollar el TURISMO NAUTICO DEL CORREDOR DEL RIO URUGUAY como un nuevo eje vector que expanda la oferta turística e incremente visitantes e ingresos en la provincia de Entre Ríos.
El concepto de turismo náutico es mucho más amplio y económicamente más grande que el rubro de la pesca embarcado que ha venido desarrollándose en la región. Y si bien engloba también a este subsector, se focaliza mayormente en las embarcaciones deportivas livianas, lanchas, veleros y cruceros, en las guarderías y camas náuticas, en los barrios náuticos y en todo lo relacionado al disfrute del Río Uruguay desde dentro del río mismo.
Es un sector turístico que está asociado a un alto poder adquisitivo y que ha tenido una considerable explosión correlacionada con un mayor nivel de ingresos de la Argentina de los últimos años. Si consideramos el gasto en turismo náutico que tienen otros países con similar o mayor poder adquisitivo promedio de sus habitantes, podemos estimar que nuestro país se encuentra en un 25% del potencial total que podría desarrollar el sector.
Es un sector que por un lado, ha crecido sostenidamente en algunas ciudades como Concepción del Uruguay, pero sólo para el residente local. Y por el otro lado, ha explotado en la Ciudad de Buenos Aires al punto de hacer colapsar la infraestructura de la zona norte sobre la desembocadura del Paraná en el Río de la Plata, Rio Luján y adyacentes, donde ya es prácticamente imposible encontrar una guardería náutica disponible y donde navegar por el tigre un fin de semana se parece a un congestionamiento en la Avenida General Paz.
De lo que se trata es de conectar ambos puntos, de forma tal de canalizar toda esa demanda por turismo náutico que se choca con una oferta colapsada en el Gran Buenos Aires, hacia el corredor del Río Uruguay, aprovechando los menores tiempos de traslados que posibilita la autovía General Artigas.
Las bases para el éxito de esta estrategia están dadas por una confluencia de factores que coinciden en el tiempo actual. En principio un mayor poder adquisitivo de un sector de la población que está dispuesto a gastar en esparcimiento náutico deportivo. En segundo lugar una oferta colapsada que ha quedado chica para la amplia demanda de la población residente del área metropolitana. Estos dos puntos anteriores confluyen con una mayor y rápida accesibilidad a las ciudades del Río Uruguay y unos entornos naturales sobre el rio que son paradisiacos y ampliamente superiores a los que actualmente se encuentran en el delta bonaerense.
Sólo a modo de ejemplo, un habitante de Recoleta, Palermo o Belgrano, un sábado por la mañana podría llegar a demorarse 2 horas en llegar a un club náutico de zona norte, otros 30 minutos para embarcar y salir del club, y otros 30 minutos para navegar a una zona acorde para disfrutar de cierta tranquilidad. Es decir un total de 3 horas, prácticamente el mismo tiempo que le insumiría viajar por la autovía 14 hasta Concepción del Uruguay, subirse a su crucero y estar disfrutando de islas y playas de una considerable mayor belleza y calidad que el Tigre.
Es decir, el corredor sobre el Río Uruguay tiene las condiciones ideales para desarrollar un nuevo sector turístico, de considerable mayor poder adquisitivo, que dinamice y le dé un nuevo impulso al turismo provincial, como en su momento se lo dieron el carnaval o las termas, y que repercuta económicamente sobre toda la región, con todas las ramificaciones para incrementar el bienestar y riqueza de la población.
Pero dichas bases anteriores son condiciones necesarias pero no suficientes para cantar victoria. El éxito dependerá de la estrategia para materializar estas condiciones preexitentes y que se plasmen en acciones y hechos concretos que hagan posible un rápido y concreto desarrollo del turismo náutico sobre el corredor del Río Uruguay.
Un aspecto importante a considerar, es que el desarrollo náutico siempre viene asociado a diversos sectores que se complementan y retroalimentan entre sí, no puede haber un amplio parque náutico sino hay técnicos y mecánicos que mantengan las embarcaciones, no habrán técnicos náuticos sino hay astilleros livianos que construyan e incentiven la demanda regional, y también deben existir empresarios que inviertan en complejos náuticos, marinas y desarrollo de countries a la vera del río.
Es por ello, que una buena estrategia de desarrollo del sector debe abarcar toda la CADENA DE VALOR DEL SECTOR NAUTICO, partiendo de un diagnóstico preciso y basado en un certero análisis sobre cada una de las áreas que integran el sector para poder recomendar acciones propositivas que tengan el máximo impacto y transformen las condiciones de base favorables del Río Uruguay en realidades tangibles y de impacto visible.
Para ello, se proponen delinear líneas de acción para el desarrollo de la cadena de valor náutico, partiendo de un análisis y diagnóstico exhaustivo del sector, conteniendo al menos las siguientes cuatro áreas de estudio
- Desarrollo de la industria náutica liviana. Actualmente existen en la provincia no menos de 20 astilleros de embarcaciones pequeñas y es un sector con un alto potencial de crecimiento y donde ha habido ya algunas experiencias de mayor porte en la provincia.
- Desarrollo de barrios o countries náuticos. Enmarcado en una fuerte tendencia nacional que se está expandiendo rápidamente al interior del país y donde ya han comenzado a verse algunos emprendimientos interesantes en la provincia.
- Desarrollo de clubes náuticos y guarderías privadas. El fuerte crecimiento de lanchas, veleros y cruceros en la provincia no ha sido acompañado por la infraestructura necesaria para contenerlos.
- Desarrollo del sector pesquero y deportivo liviano (canoismo, windsurf, etc). Incluyendo la red de alianzas entre guías de pesca, pesqueros o áreas cebadas, red de rampas y alojamientos, áreas naturales de arroyos y lagunas, etc.